Mientras algunos aún ponen en duda el cambio climático, el calentamiento global, y le restan importancia (o niegan) que estos conflictos ambientales sean consecuencia del mal accionar humano, las nuevas generaciones demuestran con iniciativas concretas su compromiso con un futuro más sostenible.
Recientemente estudiantes de La Carlota, motivados por la propuesta curricular de su profesora, encontraron y presentaron una solución innovadora a uno de los residuos más contaminantes: las colillas de cigarrillo.
A grandes rasgos, pero con mucho trabajo, investigación y capacitaciones de por medio, este grupo de alumnos de la Escuela Superior El Nacional aplicó conocimientos de biotecnología e inteligencia artificial para desarrollar un proceso que les permitió descontaminar las colillas de cigarrillos y convertirlas en papel reciclado para la fabricación posterior de agendas interactivas.
El proyecto se llama Tu colilla, nuestra agenda inteligente y no solo captó la atención de la comunidad educativa local sino que también, en enero de 2025, obtuvo el segundo lugar en el III Premio de Innovación y ODS en Centros Educativos, organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ministerio de Educación de España.
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Este galardón, que contó con la participación de más de 300 iniciativas de 13 países, premió la creatividad, el compromiso ambiental y el impacto social del equipo cordobés.
El reconocimiento internacional les otorgó un premio de 5.000 euros, fondos que serán destinados a la adquisición de equipamiento de laboratorio para potenciar esta y futuras iniciativas.
“En 2023, con la misma profesora y el mismo curso, participamos en la Feria de Ciencias con un proyecto de inteligencia artificial. Y, en 2024, le dijimos a la profe que queríamos hacer algo más experimental, que tenga que ver con el ambiente, y que incluya los conocimientos de inteligencia artificial que habíamos adquirido el año anterior”, cuenta en diálogo con CBA Viva Nicolina Reynaudo, una de las estudiantes involucradas en el proyecto.
“A partir de esto nuestra profesora se puso a investigar y decidimos trabajar con las colillas de cigarrillos, que son muy contaminantes”, suma y explica: “Después de estudiar el marco teórico de la biorremediación, que es una rama de la biotecnología, la profesora nos preguntó si nos parecía hacer la biorremediación de las colillas con fitorremediación, que sería con plantas, o con micorremediación que sería con hongos. Nos presentó las dos alternativas y nosotros después de hablar con estudiantes de biotecnología decidimos que lo mejor era trabajar con los hongos”.
La micorremediación de colillas de cigarrillo consiste en usar hongos para descomponer los contaminantes tóxicos que contienen y así transformar las sustancias nocivas en compuestos inocuos. “El hongo que elegimos es el Girgola gris, que también es un hongo comestible que tiene muchas propiedades de desintoxicación”, detalla Nicolina.
En cuanto a la parte “inteligente” de estas agendas creadas a partir de papel reciclado (generado a partir de la micorremediación de colillas de cigarrillo), Nicolina explica: “Las agendas cuentan con un QR que te redirige a un Chatbot que te brinda toda la información sobre este proyecto, un Chatbot también creado por nosotros”.
- En términos de proceso ¿Cómo llega una colilla de cigarrillo a transformarse en una agenda inteligente?
- Bueno, una vez que recolectamos las colillas, las pasteurizamos, que significa hervirlas por una hora. Después de eso tiramos las colillas sobre una mesada y las inoculamos. Es decir, les desparramamos semillas de avena miceladas, que tienen el hongo dormido. Después las llevamos a unas bolsas, las envasamos y las sellamos bien, les hacemos unos agujeros a la bolsa para que el hongo pueda crecer y las llevamos a un invernadero, hecho por nosotros con materiales reutilizados. En ese invernadero nosotros podemos controlar con un aparato la temperatura y la humedad. Porque el hongo tiene que tener cierta temperatura y humedad para crecer. Así que, en función de lo que necesite, vamos rociando las bolsas para generar más humedad, o ventilamos para que no esté tan húmedo el ambiente.
“Una vez que vemos que las colillas ya están bioremediadas, que nos damos cuenta porque pierden el olor a tabaco, el color deja de ser marrón para ser más blanco, y pesan menos, abrimos las colillas y las licuamos con agua para hacer la pulpa. Después pasamos todo a una batea con carboximetilcelulosa, que es una sustancia que hace que el papel sea más flexible y más resistente, y con un bastidor seguimos con la fabricación del papel, de la manera tradicional”, detalla.
Los 36 alumnos de quinto año (que este 2025 se egresan del colegio) fueron supervisados durante todo el proyecto por su profesora de Química, Macarena Uría, quien incentivó y acompañó a los estudiantes. Para conocer más sobre esta iniciativa y la experiencia de sus protagonistas, podés visitar la cuenta de Instagram del emprendimiento: @eco.agendas24