“Las pequeñas acciones sí cuentan”, asegura en diálogo con CBA Viva Marcos Gatsch, socio fundador de Terra Compostaje. “La unión de pequeñas fuerzas puede generar un gran impacto”, enfatiza y su empresa, creada junto a Mariano Domínguez, es la prueba viva de cómo los pequeños esfuerzos o impulsos individuales pueden transformar realidades.
Terra Compostaje nace hace poco más de dos años con un propósito claro: revalorizar la materia orgánica que se trata como residuo, transformándola a través del compostaje en la materia prima que la naturaleza necesita para regenerarse.
Marcos y Mariano son ingenieros industriales a los que además de la profesión, los une también la pasión por los deportes al aire libre, la vida en la naturaleza y una preocupación e interés genuino en el ambiente. De esta manera, y buscando un “punto común” entre su actividad profesional y lo que les gustaba hacer, crearon Terra Compostaje.
“Primero arrancamos con un vehículo, haciendo recolección de residuos orgánicos para grandes generadores y mientras tanto fuimos armando un centro de compostaje industrial. Hoy tenemos el orgullo de poder decir que inauguramos el primer centro de compostaje industrial habilitado en la Municipalidad de Córdoba. No se registran antecedentes de ninguna empresa o centro que hiciera lo mismo que nosotros”, cuenta Marcos sobre el predio que está ubicado en una cantera en el Barrio Chacra de la Merced. “Se extrajeron los áridos y nosotros nos instalamos ahí. A través de nuestra actividad de compostaje, de generación de suelo, y de producción de árboles nativos, estamos haciendo la remediación del terreno”, suma.
“Al ser ingenieros industriales interesados por la parte ambiental, estábamos trabajando en industrias recuperando residuos y veíamos que no existía una solución para el tratamiento de los residuos orgánicos. Siempre se dice que el 50% de los residuos que se generan son residuos orgánicos y, hasta nosotros, no había una alternativa que permitiera separar esos residuos para que no vayan al enterramiento”, detalla.
“El enterramiento de residuos trae aparejado varias complejidades y aspectos negativos como la emisión de gases de efecto invernadero, que genera el calentamiento global, la contaminación de las napas, pestes, y un montón de problemas más”, explica.
Con la visión de devolverle a la tierra todo lo que nos da y garantizar la continuidad de la vida, actualmente esta empresa ofrece servicios como el tratamiento y valorización de residuos orgánicos, gestión integral de residuos alimenticios, asesoramiento en compostaje in-situ, talleres y formaciones sobre compostaje, además de jornadas de reforestación y sensibilización.
Desde hace poco más de un año, Terra Compostaje se asoció con EcoLink junto a quienes ofrecen a la comunidad la posibilidad de sumarse a una acción de compostaje colaborativo.
– ¿De qué se trata este compostaje colaborativo?
– Es un servicio que ofrecemos. Cuando uno se suscribe, le damos uno, dos o tres biotachos, los que necesiten. Estos son tachos de 20 litros que van con un poquito de aserrín abajo y ahí vas tirando los restos de frutas, verduras, lo que te queda en el plato y una vez por semana, en un horario y en un día previamente establecido, pasan a retirar ese tacho y te devuelven uno vacio para que puedas seguir recolectando. Cuando pasa un tiempo, y llenás determinada cantidad de tachos, te damos un tacho lleno de compost para que puedas aprovechar el material que se está generando a partir de esa separación y por la contratación del servicio. Y otra acción que hacemos es que, a partir de una determinada cantidad de tachos que ingresan en nuestro predio, plantamos un árbol. De manera que contratando el servicio estás fomentando también la plantación de árboles nativos.
– ¿Y cómo nace esta idea del compostaje colaborativo?
– Cuando empezamos a trabajar nos dimos cuenta que existen distintas escalas de servicio. La industria alimenticia, o la industria agropecuaria, ingresan sus residuos orgánicos a nuestro predio en camiones, que son de empresas tercerizadas que manejan grandes volúmenes. Después, nosotros hacemos una recolección a mediana escala con contenedores de 240 litros por gastronómicos y, a pequeña escala, nos quedaban por recolectar los residuos que se generan en los domicilios. Cuando conocimos a los chicos de Ecolink, que se especializan en la gestión de residuos reciclables secos, ellos nos cuentan que ya tenían aceitada esa logística de ir ‘casa por casa’. A partir de entonces nos propusimos colaborar para acercar la posibilidad de compostar a todos aquellos que no lo pueden hacer, o no tienen la energía o las ganas de ponerse a gestionar una compostera en su casa.
– ¿Cualquier persona puede acceder a este servicio?
– Claro, lo ideal sería que todos lo hagan, pero la limitación con la cual nos encontramos actualmente son los costos. El rango máximo para el retiro es de una semana. Y pasar todas las semanas casa por casa supone un costo logístico muy alto, que impacta en el costo mensual del servicio. Mucha gente nos escribe diciendo que quiere participar pero cuando les decimos el valor total del servicio, muy pocos lo contratan. Actualmente hay entre 25 y 30 domicilios adheridos y el costo está entre $ 30.000 y $ 35.000. Hay mucha gente interesada en el servicio pero bueno… entendemos que estamos en un contexto económico súper difícil. La necesidad está, la gente lo quiere, estamos evaluando opciones para poder hacerlo más accesible
– ¿Y no pensaron en establecer puntos de entrega en zonas estratégicas para que los vecinos acerquen ellos los residuos?
– Sí, en respuesta a eso este 2025 esperamos instalar drop off points, puntos a donde la gente se pueda acercar y tirar sus residuos. Pero aún estamos viendo cómo vamos a controlarlo, dónde los ponemos, cómo hacemos.
– Hay muchos que se niegan a separar estos residuos porque temen al olor, o las moscas y bichos que se puedan llegar a atraer. ¿Mito o realidad?
– Eso es un mito. El biotacho es hermético, con una tapa que se traba. Si lo mantenés en un lugar fresco, a la sombra, y lo tenés tapado, no hay forma de que ingresen las moscas, y en una semana no va a generar olor desagradable, ni olor a podrido. De hecho, podríamos pasar cada dos semanas para que el servicio salga la mitad, pero hasta una semana sabemos, y garantizamos, que no va a tener olor. En cambio, si ya pasan dos semanas, cuando lo abras va a tener un olorcito a fermentado que no está bueno.
Desde Terra Compostaje se muestran comprometidos y decididos a trabajar, gestionar y a proponer las alianzas y acciones que sean necesarias para que cada vez más personas se sumen a la iniciativa. “Creemos en las alianzas con organismos públicos, y emprendimientos privados, creemos en el poder del trabajo conjunto. Siento que todos queremos tirar para el mismo lado, pero nos tenemos que articular para poder generar proyectos de mayor impacto”, cierra Marcos.