Paz Casas Nóblega es periodista, escritora, cordobesa, y tiene dos hijos que fueron los “culpables” de implantar una inquietud en su mente que tiempo después resolvió y materializó en Cordobés soy, un libro destinado a niños de entre 9 a 11 años que busca impulsar a las nuevas generaciones a reflexionar sobre la identidad cordobesa.
“Me recibí en la Facultad de Comunicación Social y mi tesis, en ese momento, se llamó Córdoba Literaria. Hice una página web sobre literatura e historia de Córdoba. Era como una especie de antología digital sobre escritores de Córdoba, que sigue existiendo. A partir de ese proyecto seguí escribiendo libros, y siempre el eje era Córdoba. La historia de Córdoba, su cultura, turismo, hasta que llegó un momento en el que pensé: ‘Bueno… ¿y ahora qué escribo?’”, recuerda Paz en diálogo con CBA Viva.
Aunque ella en ese entonces no tenía muy en claro su próximo objetivo, fueron sus hijos los que le dieron una hoja de ruta desafiante, pero que asumió entusiasmada.
“Mis hijos, que ahora tienen 11 y 8 años, me decían: ‘Mamá, escribí para niños’ y yo les respondía: ‘Sí, pero escribo sobre Córdoba. No puedo escribir mañana sobre Messi o Talleres’”, recuerda y asegura que aunque las opciones que le dieron sus hijos en ese momento no eran viables, la idea de escribir para niños sí lo era.
“Me puse a pensar en qué podía escribir para niños, algo que yo supiera y manejara bien, y así surgió la idea de contar la historia de Córdoba para niños”, cuenta.
“Ya tenía el tema muy trabajado. Llevo más de 20 años escribiendo sobre Córdoba así que la información está muy masticada. El desafío fue cambiar el público objetivo y el lenguaje. Traducir algo complejo, en algo sencillo y atractivo para los chicos. Y muchas veces, la claridad es lo más difícil de lograr”, apunta.
– ¿Te preparaste de alguna manera especial antes de asumir el desafío de hablarle a otro público?
– Cuando tomé la decisión hice un taller de escritura creativa para niños porque tenía inseguridades. Escribir para niños no es lo mismo que para un público general. Mi primer paso fue probar mis textos con mis hijos, mis sobrinos y sus amigos, que fueron como mis “ratoncitos de laboratorio”. Les leía lo que escribía y ellos me decían cosas como: “No entiendo esto” o “¿Qué es un congresista?”. Eso me ayudó mucho a ajustar el lenguaje.
El libro ofrece pinceladas de la historia de los últimos 500 años y para decidir este recorte Paz cuenta que se basó en la currícula oficial de la provincia. “Trabajé mucho para que los relatos fueran amenos y entretenidos, pero siempre basados en hechos reales y en historiadores. Consulté con una licenciada en historia y un especialista en patrimonio cultural para elegir qué incluir y qué dejar fuera. No podía contar toda la historia porque sería abrumador para un niño”, precisa.
“Quise complementar lo que ellos estudian en el colegio, pero de una forma más atractiva. También busqué reflexionar a partir de la historia, alejándome de la visión romántica que a veces presentan las escuelas. Decidí enfocarme en aspectos representativos de la historia de Córdoba. Por ejemplo, el hecho fundacional de la ciudad, lugares emblemáticos como la Plaza San Martín y la Manzana Jesuítica. No pude incluir todos los monumentos, pero lo dejé como proyectos a futuro”, explica.
“Además, abordé la llegada de los españoles y cómo eso transformó a las comunidades originarias, los comechingones y sanavirones. Ellos tenían su propia lengua, cultura, tradiciones y forma de vida, pero con la llegada de los españoles adoptaron una nueva lengua, religión y costumbres. También exploré cómo se dieron las relaciones entre españoles, comunidades originarias y esclavizados, que juntos construyeron el casco histórico de Córdoba y dieron origen a la mezcla de razas que nos define hoy”, suma.
“Más adelante, hablo de las olas inmigratorias de 1900, cuando llegaron italianos y españoles que también trajeron sus costumbres, tradiciones y gastronomía. Reflexioné sobre cómo todo esto forma nuestra identidad: somos descendientes de comunidades originarias, europeos y afrodescendientes”, agrega y cuenta: “Incluí también la Reforma Universitaria, que fue un hito importante porque permitió la gratuidad de la educación universitaria. Esto atrajo a estudiantes de otras provincias y países, enriqueciendo aún más la diversidad cultural de Córdoba”.
Valorar nuestra identidad
Paz cuenta que su principal objetivo con este libro es contar la historia de Córdoba desde un enfoque informativo, pero entretenido y reflexivo, “para que los niños puedan entender de dónde venimos y valorar nuestra identidad”, enfatiza.
“Quise mostrar que ser cordobés es reconocer que somos una mezcla de influencias: de las pictografías de los comechingones, las creencias religiosas que nos trajeron los españoles, la Pachamama, la herencia italiana en nuestras mesas de domingo y la diversidad de comunidades que siguen llegando a Córdoba”, suma.
“También me interesaba contar esta historia de una manera no tan romántica, como se suele contar. Digo que Jerónimo Luis de Cabrera, nuestro fundador, fue asesinado por desobedecer al rey al fundar Córdoba. Que la independencia no fue pacífica, sino el resultado de años de luchas internas y mucho más”, ejemplifica.
En cuanto a las “licencias literarias”, Paz asegura que no se tomó ninguna. “Traté de ser lo más precisa posible. De hecho, una licenciada en historia corrigió el libro. Aunque me basé en libros históricos, estos también tienen contradicciones o aproximaciones, porque nadie estuvo hace 400 años para verificarlo todo. Nada en el libro fue inventado por mí, pero sí seleccioné datos impactantes, como que tardamos 40 años en ponernos de acuerdo sobre cómo formar un país. Es importante mostrar que nuestra historia no fue lineal ni fácil”, explica.
– ¿Por qué considerás que es importante que los niños tengan acceso a este contenido?
– Hay adultos que no conocen la historia del lugar donde viven, y es esencial que los niños puedan incorporarla desde pequeños. El libro, por ejemplo, es en blanco y negro para que puedan intervenirlo, pintarlo, y reflexionar sobre su identidad de manera lúdica. Al final hago preguntas como: “¿Cómo te identificás? Para vos, ¿qué es ser cordobés?”. Algunos responden desde sus raíces, otros mencionan cosas más cotidianas como el mate o el alfajor. Todo forma parte de nuestra identidad. Cada región tiene su propia historia, que nos representa y diferencia.
– ¿Es posible que Cordobés soy se continúe en una segunda parte?
– Sí, creo que quedaron algunas cuestiones inconclusas. Posiblemente haya un Cordobés, soy parte dos. Me encantaría desarrollar algunos personajes de la historia que podrían contarse a través de un relato.