Emprender no es tarea fácil, e intentar hacerlo en un país nuevo, muchas veces sin una red de contención, apoyo o reconocimiento, lo hace aún más complicado.
En Córdoba, el CAPeM (Centro de Atención a Migrantes y Refugiados), el Club de Emprendedores y la Dirección General de Empleo reciben a diario consultas de personas migrantes y refugiadas que se acercan en busca de empleo o de ayuda para desarrollar algún emprendimiento vinculado a lo que saben hacer. Por este motivo, la Municipalidad de Córdoba lanzó un ciclo de entrenamientos gratuitos dirigido ellos, con la metodología internacional IMESUN (Inicie y Mejore su Negocio), desarrollada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La propuesta está coordinada por estas tres direcciones municipales (Club de Emprendedores, CAPeM y Dirección General de Empleo) y se dictará de forma presencial durante seis semanas, todos los jueves a las 16.30 en el CAPeM (Caseros 356).
Alejandro Rodríguez, uno de los impulsores del proyecto y capacitador del ciclo, cuenta en diálogo con CBA Viva que esta iniciativa surge a partir de un programa global de la OIT llamado LAZOS.
“Dentro de este programa existe un componente específico que se llama IMESUN, que ofrece formación para consultores en el desarrollo de planes de negocios destinados a emprendedores migrantes y refugiados en distintas partes del mundo. La propuesta busca brindar herramientas concretas para generar entornos productivos y facilitar el acceso a oportunidades laborales y económicas a través de los gobiernos locales, especialmente a quienes han migrado por diferentes motivos”, apunta.
“Durante 2023 recibimos una formación intensiva y, para la segunda mitad de 2024 y 2025, fuimos seleccionadas seis personas del municipio para participar como consultores. Yo soy parte de ese equipo y estaré coordinando la agenda de trabajo”, explica. Y refuerza: “El objetivo principal es acompañar a unas 40 personas migrantes o refugiadas en la elaboración de su primer plan de negocios. Y, además, a quienes ya tienen un emprendimiento en marcha, ayudarlos a profesionalizar sus ventas y fortalecer herramientas como la comercialización por redes sociales, la organización de costos e ingresos y el desarrollo de estrategias para captar clientes online, entre otros temas que abordaremos durante el ciclo”, suma.
Esta propuesta, además, tiene el valor agregado de ser completamente gratuita para quienes participan de ella. “Vamos a trabajar con 40 personas: algunas que recién empiezan, otras que ya tienen un negocio en marcha. En los encuentros grupales veremos herramientas generales, pero luego, en las mentorías, dividiremos por estadio: quienes están arrancando, por un lado; quienes necesitan profesionalizar, por otro. No es lo mismo acompañar a alguien que está empezando desde cero que a alguien que ya está vendiendo”, aclara.
Durante el ciclo se abordarán temas clave como estructura de costos, ventas por redes, diseño de modelo de negocio, cliente ideal y validación. Pero también habrá una mirada más profunda y empática: una que no impone, sino que escucha y potencia lo que cada persona trae.
“No vamos a decirle a alguien ‘hacé tal negocio’. Vamos a trabajar con lo que esa persona ya sabe hacer, con lo que trae de su país, con sus habilidades. Y también con lo que no sabe, para ver cómo complementarse con otros del grupo o formarse. Esta metodología no viene del mundo de los negocios duros, viene del mundo social. Y eso es lo que más me gusta”, destaca Rodríguez.
Cuando emprender es sobrevivir
El programa también se diferencia por entender que no todos emprenden por vocación. A veces se trata, simplemente, de una salida ante la falta de opciones. “Muchos de los emprendimientos de personas migrantes surgen por necesidad. Porque no se reconocen los títulos, porque no hay otra salida que armarse un carrito y salir a vender. Entonces, lo que hacemos es trabajar desde ahí, desde esa economía de la supervivencia, para que no se queden en eso, sino que puedan escalar, crecer, profesionalizarse”.
Además del acompañamiento técnico, hay una apuesta fuerte por la creación de comunidad, algo que Rodríguez considera esencial para el desarrollo y sostenimiento de los proyectos: “Ser emprendedor también es bancarse los momentos en los que las ventas no llegan, en los que estás validando y todo es prueba y error. Por eso, este ciclo busca que nadie se sienta solo. Va a haber acompañamiento emocional, contención, equipo. No es solo técnica. Es red. Es vínculo”.
Cinco claves para emprender con más fuerza
Con años de experiencia trabajando con emprendedores desde el Club de Emprendedores, Alejandro enumera cinco claves que considera esenciales para fortalecer un proyecto, cualquier sea el rubro.
- Conocer el entorno: “Hay que bajar la idea a tierra y entender en qué ciudad estás. Qué actores hay, con quién te vas a vincular”.
- Explorar oportunidades: “No cerrarse a una sola idea. Ver dónde más podés vender, qué otros barrios pueden necesitar lo que hacés”.
- Sumar tecnología: “Aprender a usar herramientas digitales e inteligencia artificial. Hoy podés validar un negocio sin gastar un peso”.
- Tener un modelo claro: “Siempre tener a mano una presentación, un modelo de negocio. Estar listos para postularse a programas y financiamientos”.
- Armar equipos diversos: “No quedarse solo o solo con la familia. Buscar aliados que complementen y potencien lo que hacés”.
Un programa que puede continuar
Si bien este ciclo tiene un cupo limitado, ya se está pensando en su continuidad. Desde la OIT están atentos a cómo evoluciona la experiencia en Córdoba para validar una metodología que articule capacitación intensiva e incubación inclusiva. “La idea es que quienes terminen el ciclo en agosto puedan continuar con otro programa que ya tenemos desde el municipio, de incubación de emprendimientos. La puerta se abre con esta capacitación, pero el acompañamiento sigue”, aclara.
Al finalizar el ciclo, Alejandro cuenta también que existe la posibilidad de postular algunos de los proyectos a un fondo de financiamiento impulsado por la OIT. “Si bien somos conscientes de que hay recortes presupuestarios a nivel global en organismos internacionales, el programa contempla la entrega de un apoyo económico a tres o cuatro equipos, como estímulo para fortalecer sus negocios en sus barrios y comunidades. La idea es que ese pequeño impulso pueda ayudarlos a poner en marcha o consolidar su modelo productivo”, apunta esperanzado.
—¿Qué impacto esperan que tenga este ciclo en las personas que participen?
—Nos gustaría que quienes pasen por esta experiencia no solo salgan con un emprendimiento más armado, sino también con más confianza. Queremos que se sientan parte, que entiendan que no están solos, que hay una comunidad que los reconoce y valora. Muchos de los que llegan a Córdoba con ganas de hacer algo propio se encuentran con barreras culturales, administrativas, incluso con prejuicios. Esta es una forma de decirles: Acá estás invitado a crear, a sumar, a crecer. Y eso no solo transforma a la persona, también transforma a la ciudad.
Este proyecto no es solo una capacitación: es un claro paso hacia la inclusión real. Al reconocimiento de quienes migraron, muchas veces en contextos adversos, y hoy buscan rehacer su camino. Brindar herramientas, abrir espacios de formación y tejer redes es también una forma de construir comunidad.
Al final del día, una ciudad más justa e integrada no se logra solo con leyes o discursos, sino con acciones concretas como estas, que habiliten a todos a formar parte.
Para participar
Con modalidad presencial, los encuentros serán 6 y se realizarán los días jueves de 16:30 a 18:30 horas a partir del 24 de julio en la sede de CAPEM, Caseros 356. Para poder inscribirte, completá el siguiente formulario. Los cupos son limitados. Para mayor información enviar un mail a: capemcordoba@gmail.com.